El concepto
La flauta Kingma es, en todos los aspectos, una flauta Boehm con la llave de trino de Do#. Todas las llaves de contacto y las digitaciones están donde se esperaría que estuvieran. Lo que hace esta flauta tan única es que, además del sistema Boehm estándar, dispone de 6 llaves extra. Esto ha sido posible gracias al uso del sistema patentado “key-on-key” que hemos usado exitosamente en nuestras flautas alto y bajo durante muchos años. Estas llaves se usan para producir seis de los siete cuartos de tono y multifónicos que están ausentes en las flautas Boehm tradicionales. El séptimo cuarto de tono se consigue usando la llave de trino de Do# junto con la llave normal de Do. Los otros cinco cuartos de tono se producen usando las llaves de platos abiertos tradicionales.
Propiedades Acústicas
Este nuevo diseño abre al flautista un gran abanico de nuevas posibilidades para interpretar. La primera, y la más obvia, es tocar escalas de cuartos de tono exactas. Mientras que las flautas Boehm tradicionales pueden producir cuartos de tono destapando parcialmente algunos agujeros y utilizando digitaciones alternativas, una flauta Kingma es capaz de tocar una escala de cuartos de tono completa en todos los registros. En la flauta Kingma es posible destapar la mitad de cada agujero, no sólo los de los platos abiertos tradicionales. Esto significa que el flautista puede tocar de un modo exacto todos los cuartos de tono desde, por ejemplo, Fa# a Sol o desde Sib a Re. Este aspecto de la flauta hace que los tipos de música no occidentales sean mucho más accesibles para cualquier intérprete, y además proporciona algunos efectos especiales interesantes para los intérpretes de jazz.
La segunda ventaja acústica de este instrumento es su habilidad para producir multifónicos únicos. Como la flauta es capaz de “medio tapar” los agujeros de las llaves de platos cerrados, pueden producirse progresiones cromáticas de multifónicos. Como resultado de esto, hay algunas nuevas posibilidades compositivas que parten de este instrumento.
La última ventaja acústica de este instrumento es una, que tanto los intérpretes como los espectadores pueden apreciar: un control de la afinación excelente. Durante muchos años, los flautistas han usado digitaciones especiales en notas difíciles para hacer coincidir su afinación con otros instrumentos. Quizás, la ventaja más grande de la flauta Boehm es que permite al flautista cerrar el anillo de una llave de plato abierto para bajar la afinación, o destapar un poco un agujero para subirla. Con la flauta Kingma, esta posibilidad se ha desarrollado hasta sus extremos. Con la oportunidad de “medio tapar/abrir” todos los agujeros, el flautista tiene una cantidad increíble de oportunidades para alterar la afinación de algunas notas, tradicionalmente erróneas. Dos notas vienen directamente a la mente: El Sol y el Lab agudos. La flauta Kingma permite al flautista bajar la afinación de estas notas cerrando algunos anillos, específicamente los anillos de Fa# y Sol# respectivamente. Se pueden tocar confiadamente estas notas en fff sin que suba la afinación. Adicionalmente, la flauta Kingma crea oportunidades únicas para realizar digitaciones alternativas, como por ejemplo el Fa# agudo. En este caso, hay, al menos, tres digitaciones alternativas que dan como resultado un Fa# agudo estable en varios niveles dinámicos. Las capacidades de control de la afinación de este instrumento son de un valor incalculable para el flautista que tiene que tocar en una gran variedad de conjuntos o circunstancias.
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